viernes, 29 de abril de 2011

ESCALOFRÍO

JUAN PEDRO RODRÍGUEZ MURILLO



            Me aburres con tanta monserga, dijo el cadáver descendiendo del ataúd y llevando su helada mano bífida al hombro del párroco.

            Manuel, cierra la puerta, parece que hay corriente, susurró el cura al sacristán mientras el difunto emprendía el largo viaje, no sin antes detenerse a robar las últimas monedas del cepillo y, poder así, pagar al barquero.

3 comentarios:

  1. Otra víbora al morral!!! Me quedo con ganas de otras cien palabras para el encuentro con el barquero.

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  2. Es cuestión de verlo. Y se puede ir más allá, al más allá. El viaje en barca con Caronte. El encuentro con Cerbero. Y un cara a cara con Hades. Lo puedo intentar yo, pero si se te ocurre algo ya sabes.

    Salud.

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  3. Yo lo veo muy buena idea, el seguir con la historia de forma entrecortada, situaciones en los diversos pasos del cadáver hacia no se sabe donde.
    Muy bueno el texto, en pocas palabras acabas de abrazar la religión partiendo de una buena bofetada a la fe, cristiana al menos. Tienes que seguir con más.

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